
La
desintegración familiar es un problema en la medida en que una estructura
existente se hace disfuncional, no puede desempeñar eficazmente su finalidad
específica, creando consecuentemente un desequilibrio en sus interrelaciones
con las demás estructuras sociales.
Los
niños y adolescentes víctimas de la desintegración familiar tienen
características propias que los diferencian de otras, en general poseen una
autoestima muy baja, son inseguros, se aíslan y con frecuencia los sentimientos
de abandono y de inferioridad los acompañan en su vida futura; también
experimentan fuertes traumas psicológicos, puesto que no logran asimilar del
todo el hecho de que sus padres no los volverán a atender como antes, no
convivirán igual, y no le brindaran la confianza y apoyo que ellos necesitan.
Factores que influyen en la desintegración familiar
En
cualquier matrimonio, incluso en aquellos que parecen más serenos y
equilibrados, hay momentos difíciles en su convivencia. Pequeñas crisis que son
normales porque el hombre es un ser que crece y madura constantemente y, con
frecuencia, el propio crecimiento individual tiende a provocar unos mecanismos
de ajuste a veces realizados sin dejar traumas. La familia queda más unida si
sabe establecer los mecanismos de ajuste. Pero si bien es cierto la mayoría de
las crisis pueden ser superadas, hay algunas que fatalmente terminan en ruptura
definitiva sin que nadie sea capaz de impedirlo, crisis que debido a causas muy
fuertes ninguno de los dos cónyuges son capaces de controlar.
Los factores más comunes en nuestro país que han contribuido a la ruptura familiar son:
En lo económico:
Cuando la función del padre, se altera ocurriendo cambios que dan como
resultado el desamparo y abandono; ocurren momentos críticos durante los cuales
la mujer se ve en la inevitable necesidad de brindar ayuda a su familia
teniendo que trabajar fuera del hogar. En épocas pasadas para la mujer su
trabajo era el de atender al esposo y dedicarse a las tareas del hogar. En la
actualidad la mujer ocupa un papel muy importante en la sociedad pero al no
distribuir su tiempo en partes iguales hacia sus seres queridos y a sus cosas,
hace que la relación sea débil, pues la presencia de la mujer en la casa es
indispensable, por ello hoy en día las familias van perdiendo estabilidad debido a que no existe
flexibilidad por no reconocer las necesidades personales y familiares por parte
de uno de los conyugues. Sin duda, la familia es una estructura orgánica de la
sociedad, por la cual ésta crece y transmite sus valores y su cultura. Por eso
la familia en general y la maternidad en particular son dignas de ser
protegidas.
En lo afectivo:
Esto se puede deber a la falta de amor entre las parejas o cualquiera de sus
integrantes, mala comunicación, etc. y todo esto puede llevar a la infidelidad
debido a la inmadurez tanto del hombre como de la mujer.
En lo
social: Suele existir varios factores tales como: el alcohol, pues es un
mal social y este contribuye al abandono del hogar, el mal empleo de recursos económicos;
el machismo donde el hombre cree estar por encima de su pareja.
En lo cultural:
Esto se debe por la escasa instrucción que poseen los padres en algunos
hogares, dependiendo su nivel dentro de la sociedad; puede darse origen a la
desintegración familiar ya que la capacidad de resolver los problemas se verá
limitada por la ignorancia.
En la religión:
También puede colaborar a la desintegración familiar cuando sus miembros
pertenecen a distintas denominaciones religiosas, lo cual puede llevar a una
ruptura matrimonial.
Otros aspectos que influyen en la desintegración familiar
Actualmente
la familia se ha desintegrado debido a los cambios estructurales de la
sociedad. El proceso industrial ha lanzado a cada uno de sus miembros fuera de
su seno, en busca de mejores ingresos económicos para poder satisfacer las
necesidades que el mismo progreso exige.
En algunas estructuras familiares se observa aspectos tales como:
a) Pérdida de objetivos comunes: Los
objetivos se han vuelto personales, lo cual pudiera brindar satisfacción a
algunos y no a todos los miembros de la familia. Como es en el caso de la
educación de sus hijos en donde no siempre se brinda la atención necesaria para
las tareas
b) Distanciamiento físico y
psíquico: Es común que ambos padres tengan actividades fuera
del hogar con objeto de satisfacer las necesidades económicas del hogar. Como
consecuencia los niños buscan figuras ajenas a quien brindar sus afectos,
provocando con esto la inestabilidad. Como en algunos casos los niños se apegan
a sus abuelos o sus vecinos dependiendo de la persona que pase más tiempo con
ellos.
c) Falta de comunicación:
Esta condiciona trastornos en la dinámica familiar, ante todo bloquea la
relación afectiva interactuante del grupo. El adolescente se encuentra
frustrado en la familia donde no le es posible comentar sus experiencias, sus
vivencias y como consecuencia no recibe ninguna orientación. Puede sin embargo
existir comunicación, pero no la ideal, sino la que se realiza en un medio agresivo
en que los padres se relacionan con sus hijos para reprenderlos, agredirlos o
criticarlos, causándoles de esta forma, sentimientos de culpabilidad.
d) Inmadurez:
Se deja ver la inmadurez en diferentes grados de sus miembros, que se reflejan
en su nivel escolar, laboral y social. Los individuos que se forman en estas
familias serán improductivos socialmente hablando. Refiriéndonos así a las personas
que no han completado el desarrollo de todas o algunas de sus capacidades como
seres humano, ya sean cognitivas, afectivas, de comportamiento, físicas. etc.
El
mensaje de las relaciones fundamentales de las familias, será trasmitida a los
hijos, quienes percibirán sentimientos de acogimiento o rechazo hacia ellos. El
adecuado clima afectivo y una comunicación unificada y auténtica lo harán
receptor de estímulos adecuados y crecerán desarrollando confianza y otras
actitudes favorables a su desarrollo.
Opinión personal
Opinión personal
En
nuestra opinión, hemos flexionado y mirado en nuestro interior para preguntarnos a nosotros mismos ¿Qué estamos haciendo con nuestros hijos? ¿Lo estamos educando correctamente? ¿les
estamos inculcando los valores y principios que adornan a un buen ser humano? La
respuesta seria que no, hay que ver la gran cantidad de jovencitas que
sostienen relaciones sexuales sin estar debidamente preparada, muchos embarazos
en adolescentes, los jóvenes sumidos en el mundo de las drogas, los vicios,
el alcohol, el irrespeto y otras actitudes negativas.
Es
que una sociedad donde la familia como núcleo principal, sus raíces, no están sustentada sobre la base de los
principios de la verdad, la honestidad, el civismo, el respeto, la educación,
los valores morales, sobre todo tener a nuestro señor Jesucristo como nuestro
ejemplo, como nuestro guía, para caminar por el camino de la paz, de la
solidaridad, del respeto por los demás, jamás vamos a tener una República
Dominicana, justa, de hombre y mujeres de bien, respetuoso de las leyes,
solidarios, con civismo y amor patriótico.
Ya es hora, la familia debe reencontrarse con Dios, con los valores,
que hacen de ella el centro y fortaleza de toda sociedad civilizada, comprometida con una nueva República Dominicana donde reine la paz, la
solidaridad, el trabajo honesto, la equidad y la justicia social.